El festival de Eurovisión 2018 celebrado en Lisboa el pasado doce de mayo otorgó la victoria, no libre de polémica, a la cantante israelí Netta Barzilai. Tan sólo dos días después el ejército israelí asesinó a 58 civiles palestinos, todo esto en la semana en que se cumplen setenta años del éxodo de más de 700000 personas palestinas, conocido históricamente como la “Nakba”.  No nos cabe ninguna duda de que ante la victoria de Netta en Eurovisión debemos hacer una lectura política y desde el colectivo LGTB mostrarnos críticas con la instrumentalización de la lucha por nuestros derechos. Además, desaprobamos firmemente la elección de la ciudad ocupada de Jerusalén como sede del festival en 2019, entendiéndola como una agresión simbólica a la paz mundial y que no debe ser tolerada por la comunidad internacional. El recurrente anglicismo “pinkwashing” hace referencia a una estrategia de marketing político que promociona a una institución o estado como simpatizantes de la causa por la libertad afectivosexual y de género para encubrir bajo un pretexto progresista las prácticas de racismo, apartheid y  limpieza étnica. No debe sorprender que SOMOS se posicione en contra de esta estrategia siendo el progresismo y los valores democráticos una de nuestras señas de identidad como organización activista y entendiendo que la lucha LGTB siempre debe ir de la mano con la lucha feminista y la lucha por los derechos humanos. Este debate tampoco es nuevo en el seno de la asociación, siendo uno de los temas tratados en los XXIX Encuentros Estatales de entidades LGTBIQ celebrados en Huesca y donde SOMOS era anfitriona, y ya siendo criticada en su día la ausencia de contenido político LGBTI y la estrategia nacionalista en las celebraciones del orgullo en Tel Aviv.

Nuestra liberación no puede ser moneda de cambio y menos aún para situaciones de injusticia. La lucha por los derechos LGTB es una lucha solidaria, internacionalista y debe hacer del mundo un lugar más diverso, democrático y digno, no vamos a permitir que una bandera de libertad y orgullo como la nuestra esconda una historia de violencia cotidiana y segregación. Recordamos que el retorno de los descendientes palestinos a sus hogares sigue reconocido por la Resolución 194 de la Asamblea General de la ONU y condenamos toda forma de vulneración de los derechos humanos en cualquier parte del mundo.

                                              El colectivo LGTB siempre por la paz.